Laura recuperó una foto de 2011, de unas vacaciones, y quería saber qué sitio era.
Claro, sí, de allí, estuvimos, muy chulo, mucha niebla... Pero no supe decirle dónde estaba aquel lugar tan idílico.
Y es que uno cree que la memoria le va a dar para todo. Porque los buenos recuerdos no se olvidan nunca! Ja! Se olvidan... Puedes recordar frases enteras, un comentario, la sensación que tenías en aquel lugar... Pero, con el tiempo, no recuerdas nada; se olvidan los nombres, los recorridos, los detalles. Y es bien triste.
Me propongo no dejar sitio al olvido, o por lo menos dejar constancia para poder echar mano cuando la memoria falle.
martes, 11 de noviembre de 2014
jueves, 21 de agosto de 2014
Las calles de nuestro pueblo
Probablemente tengamos las calles más feas de todos los pueblos de TODA la provincia.
Y todo, porque se les ha dado licencia a los Quintos para que, año tras año, las decoren con sprays de pintura plástica de colores, con un pésimo gusto, cuando no obsceno.
Y ya está.
Nadie protesta.
Nadie denuncia.
Las pintadas se acumulan sobre el asfalto, porque 365 no son suficientes para borrar el rastro que dejan los Quintos de cada quinta a su paso.
Y es que, a fuerza de repetirse, ya nos parecen normales sus pintadas. Cuando no lo son en absoluto.
Propongo que se les den tizas de colores, para que demuestren algún talento oculto decorando nuestras calles con esmero. Que dejen una huella que dure sólo unos días, hasta que el paso de los vehículos, o las escasas lluvias, la acaben borrando.
Tampoco es pedir demasiado.
Tal vez pedir demasiado sea exigir una implicación por parte de alguien, una prohibición o un castigo a quienes maltratan impunemente las calles de nuestro pueblo.
Y todo, porque se les ha dado licencia a los Quintos para que, año tras año, las decoren con sprays de pintura plástica de colores, con un pésimo gusto, cuando no obsceno.
Nadie protesta.
Nadie denuncia.
Las pintadas se acumulan sobre el asfalto, porque 365 no son suficientes para borrar el rastro que dejan los Quintos de cada quinta a su paso.
Y es que, a fuerza de repetirse, ya nos parecen normales sus pintadas. Cuando no lo son en absoluto.
Propongo que se les den tizas de colores, para que demuestren algún talento oculto decorando nuestras calles con esmero. Que dejen una huella que dure sólo unos días, hasta que el paso de los vehículos, o las escasas lluvias, la acaben borrando.
Tampoco es pedir demasiado.
Tal vez pedir demasiado sea exigir una implicación por parte de alguien, una prohibición o un castigo a quienes maltratan impunemente las calles de nuestro pueblo.
domingo, 16 de marzo de 2014
Comida en Benafigos
Ayer compartimos un día estupendo con una gente estupenda.
Comimos en Ca Felipo. Resturante de Benafigos de toda la vida, con un servicio y una carta renovada.
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