Nos invitaron a la casita de montaña que se están construyendo mis cuñados en una zona próxima al límite con la provincia de Teruel. Ya está bastante adelantada, y permite el refugio entre sus paredes y la bondad de la chimenea encendida. Les va a quedar un lugar encantador.
Salimos a las 10 de la mañana desde Benlloch e hicimos un par de paradas para aprovisionarnos para la comida.
Aprovechando el sol y el buen día que hacía, salimos en tropel a recoger endrinas. Esa era la excusa del día para subir: prometimos que entre todos recogeríamos las endrinas para que mi cuñado pudiera hacer el pacharán este invierno. Y cogimos unas cuantas entre todos. Aquella zona es rica en este fruto, aunque hay que saber dónde buscarlo; como los revellones, no cualquiera vale.
Después regresamos a la casita y alimentamos el fuego de la chimenea para poder asar.
Improvisamos algunas sillas, porque nos olvidamos de coger las nuestras de camping tal como habíamos prometido. No sé si me explico: habíamos prometido traerlas, no olvidarlas. Pero al final organizamos una gran mesa, con sitio para los 11 que éramos. No faltó de nada: vermut para abrir boca, buena carne y embutidos a la brasa, ajoaceite, fruta para el que quisiera, café, coca de codony recién horneada y buen pacharán. ¡Qué más se puede pedir!
La sobremesa fue un paseo al sol hacia la ermita de Torre los Giles. Me gustó la ruta bajo los chopos, y por la cañada.
Y al regresar ya se notaba el fresco de la puesta de sol. Así que nos calentamos junto a la chimenea con un café que aún se mantenía caliente y un buen tute a la coca de codony.
Algunos vecinos de mis cuñados se acercaron a saludar a la familia. Muy majos!
Y acabamos el día recogiendo, dejándolo todo limpio y volviendo a casa.
Un buen sábado sin lugar a dudas. Y para repetir, si no se han cansado ya de nosotros...😊