Ella es principio y centro, testigo mudo de juegos, cenas, siestas... y baños.
Ya forma parte de nuestra rutina diaria, de nuestros recuerdos, de nuestros planes de futuro...
La higuera.
Bien. Veréis. Bajo el tronco de nuestra higuera tenemos una antigua pila de piedra, de las que se usaban para cazar pajaritos, cuando acudían a beber en ellas. Nos gusta tenerla allí, siempre llena de agua fresca. Y le damos diferentes usos. Aparte de que el agua aporta frescor en verano, sirve también para que beban los pajaritos y algunas palomas, incluso suele beber Pupi. Por eso procuramos que siempre esté limpia y rebosante.
Y empezamos a medio espiar.
Y un buen día, en el que se oía gran alboroto de trinos en el patio, nos asomamos a la ventana. Y descubrimos el porqué de aquel misterio.
Resulta que los pájaros que anidan, tanto en los vecinos cipreses del Calvario, como en los árboles de nuestro patio, incluida la higuera, aprovechan el agua limpia de nuestra pila para echarse un buen baño, antes de irse a dormir. Os aseguro que es todo un espectáculo. No tengo fotos de momento, pero ya lo tendré en cuenta para incluiros alguna en esta entrada.
Que bueno!! Nosotros tb tenemos una pila debajo de la olivera y tiene los mismos síntomas...Tendré que investigar.
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