domingo, 8 de septiembre de 2024

Tercera Peregrinación Mariana: Santuario de la Cueva Santa de Altura

    Sed Nuestra Madre Piadosa
    Virgen de la Cueva Santa

     Así reza el estribillo de los Gozos que se cantan a la Virgen de la Cueva Santa, de Altura.

    Ayer, 7 de septiembre, primer sábado de mes, tuvimos nuestra peregrinación mensual a un ermitorio mariano, para honrar a Nuestra Madre del cielo. 
    El Santuario de Ntra. Sra. de la Cueva Santa está situado en un atractivo paraje natural próximo al Alto de Montmayor, a unos 820 m. de altitud sobre el nivel del mar y a 12 Km. del núcleo urbano de Altura, en el interior de una profunda gruta de origen kárstico.   

    La sima que acoge al Santuario era conocida desde antiguo con el nombre de Cueva del Latonero (Almez), que hace referencia al majestuoso almez o latonero que presidía el acceso original a la cavidad. Hoy en día seguimos encontrando un ejemplar del mismo tipo, posiblemente descendiente del primero, protegido oficialmente como Árbol Monumental catalogado, multicentenario y de histórica vinculación con el patrimonio cultural del santuario mariano.
    El lugar constituyó, durante siglos, habitual refugio para los pastores trashumantes y sus ganados, así como para los caminantes que por allí transitaban siguiendo los caminos naturales de la sierra.
     En el s. XV, entre 1502 y 1508, es hallada en el interior de la gruta la Imagen que con posteridad se denominó Virgen de la Cueva Santa. Más tarde se erigió una capilla que, con el tiempo, daría origen al actual Santuario. 
    El acceso al interior se realiza a través de una escalera que desciende hasta la profundidad de la sima, donde se halla la Capilla de la Virgen, construida en el siglo XVII y cerrada desde antiguo con una reja. El retablo de la patrona, de bellos mármoles y columnas salomónicas de jaspe, fue realizado en 1695 y es obra del escultor valenciano Julio Capuz. Entre ellas se encuentran las imágenes de mármol de San Joaquín y Santa Ana. Fue donación de los Duques de Segorbe.
    La imagen, que se venera con la advocación de Virgen de la Cueva Santa, es un bajo relieve de yeso, elaborado sobre molde, de 20 cm. de alto por 10 de ancho. Tiene una corona de rayos y representa el semblante anciano de la Virgen, con traje de viuda, sobretoca, con el rostro y el cuello descubierto, bajo el cual abrocha la toca. Los orígenes de esta imagen, a pesar de que no fue venerada hasta el siglo XVI, parecen remontarse al año 1402, cuando Fray Bonifacio Ferrer ingresa en la Cartuja de Vall de Cristo. En su celda creó el molde para la fabricación de estas imágenes que eran repartidas por el propio fraile a los vecinos y, particularmente, a los pastores de la zona para que estos le dieran culto en sus refugios durante sus ausencias del pueblo, dado que su escaso tamaño permitía llevarlas consigo. 
    Según cuenta la leyenda, uno de aquellos pastores que con su ganado se resguardaba en la espaciosa Cueva del Latonero, dejó abandonada tras su marcha la imagen que durante años había estado adorando. Allí quedó olvidada durante varias décadas, oculta en una oquedad de la roca. Un siglo después, a otro pastor que se resguardaba en la cueva, se le apareció la Virgen maría y le indicó dónde encontrar una imagen suya para que pudiera darle culto.
     La transcendencia de aquel hallazgo, seguido de otros portentos atribuidos a la Virgen, fueron atrayendo a muchísimos devotos de la comarca hasta aquella milagrosa Cueva que, en los primeros tiempos, quedó bajo los cuidados de voluntariosos ermitaños. 

    Textos extraídos de la web pública. Os invito a que le deis un vistazo, porque contiene mucha información del lugar y de los diferentes milagros atribuidos a dicha imagen.
    

    J y yo salimos de nuestro pueblo un poco antes de las 8 de la mañana. Un día espléndido. Por la carretera, desde Altura hasta el Santuario, encontramos algunos grupos de personas que subían andando. Pensamos que tenían su propia peregrinación. 
    Sobre las 9 y poquito llegamos hasta el santuario y nos encontramos con que había muchísima gente. Incluso nos tocó buscar aparcamiento para dejar el coche. Después supimos que se trataba de una romería de gente que venía de Jérica. 
    A la Virgen de la Cueva Santa la veneran muchos pueblos de alrededor y, cada pueblo, tiene su propio día de romería. A Jérica le corresponde el primer sábado del mes de septiembre.
    Tenían mesas largas montadas y una especie de tasca donde se vendían bocadillos y bebidas para todos los romeros que quisieran almorzar. Había mucho ambiente y mucha gente joven.

    Adrián, Nieves, Jesús, Joaquín, Susana y Rosa llegaron en 2 vehículos algo más tarde.
    Decidimos rezar el rosario, en primer lugar, porque la misa de romeros estaba programada para las 11:30h. Hay una amplia senda, con las estaciones del rosario, que acaba en un mirador con bonitas vistas.


    Tras rezar el rosario aprovechamos para almorzar y nos sentamos en 2 bancos que se encuentran en la misma senda. Cada uno traía su bocadillo y alguna cosa para compartir.


    Acabado el almuerzo, fuimos paseando hacia la ermita de la Cueva Santa, quisimos visitarla antes de que hubiera demasiada gente. Hicimos bien, porque la vimos toda con tranquilidad y elegimos banco para asistir a misa, antes de que entraran los romeros.





    El párroco de Jérica, D. Tomás Tomás Beltrán, nos hizo una agradable homilía. Durante la misa, cantó el coro acompañado de órgano, y se cantaron al final los Gozos a la Virgen de la Cueva Santa.


    Acabada la celebración, salimos con la intención de hacer el Viacrucis. J y yo nunca habíamos estado en el Calvario, que es un camino que sube a la montaña y que tiene esculturas hermosas del calvario de Cristo, aunque dañadas por el vandalismo.  
    El calvario empieza con una escultura de Fray Bonifacio Ferrer (hermano de San Vicente Ferrer) que está de espaldas al camino porque mira hacia la Cartuja donde fue monje. Las otras esculturas, a tamaño natural, representan El Juicio de Poncio Pilatos, La Crucifixión, Cristo en la Cruz, Jesús bajado de la Cruz con María y el Santo Sepulcro. El resto de estaciones del viacrucis son simples cruces.






    La subida al monte es muy agradable, por estar en plena naturaleza, con los sonidos y olores que ensanchan el alma.
    
    Acabado el Viacrucis, regresamos al ermitorio, nos despedimos hasta la próxima y regresamos a casa.

    

sábado, 3 de agosto de 2024

Segunda peregrinación Mariana

    Después de la peregrinación mariana que hicimos a la ermita de la Virgen del Adyutorio, de Benlloch, Adrián nos invitó a la siguiente, que estaba programada para hoy sábado 3 de agosto al Ermitorio-Santuario de la Virgen de l'Avellà en Catí.


    Estas peregrinaciones marianas tienen lugar los primeros sábados de mes, tal como la Madre le pidió a Sor Lucía, vidente de Fátima, para difundir la devoción al Inmaculado Corazón de María.


    A JJ y a mí nos hizo ilusión, porque es una ermita y un pueblo a los que tenemos cariño. Y el hecho de compartir un rato de oración con gente que verdaderamente vive su fe, era la guinda del pastel. Habitualmente, no lo encontramos en nuestro entorno.

    Esta vez nos juntamos poquitos. En verano la gente está de vacaciones o en viajes por ese mundo.

    Quedamos en el Ermitorio, que está en un paraje precioso, a las 9:00 h de la mañana. 
Ellos salían a las 8:00 h de Castellón. Nosotros subíamos directos desde casa.


    La mañana era fresquita. La tormenta de ayer tarde refrescó el ambiente caluroso de estos últimos días. Además, la ermita se encuentra en plena sierra, a unos 900 m. sobre el nivel del mar y el clima acompaña.
    El entorno es idílico. En verano tiene mucha vida, con las terrazas llenas de mesas del hotel. Todo está decorado con gusto. La ermita se halla al fondo del conjunto, en una plazoleta donde se encuentran 2 majestuosos álamos negros y una fuente, cuyas aguas tienen propiedades milagrosas, según la gente del lugar.

  La tradición religiosa sitúa el milagro de la vieja alrededor del año 1540.

           Por el camino que baja del Peironet caminaba una mujer anciana ciega y leprosa acompañada de una niña. Iban a Salvassòria para implorar a Santa Lucía, abogada contra los males de la vista. Cuando pasaron al borde de la fuente oyeron la voz suave de la Virgen invitándola a lavarse en las aguas de la fuente. Entonces se produjo el milagro, la anciana recuperó la vista y la salud. Fue corriendo al pueblo y contó el milagroso suceso. Entonces la gente subió en procesión al lugar del milagro y acordaron edificar una pequeña capilla donde colocaron la imagen de la Virgen de l'Avellà que se encontró en el mismo paraje.

    Extraído de catimenu

    La ermita sorprende por su sobriedad exterior y por su magnífico interior, recientemente restaurado. De hecho, aún faltan por poner algunos frescos que están restaurándose. Algunos la llaman "la Capilla Sixtina del Maestrazgo". En sus paredes se aprecian pinturas al fresco realizadas en el s. XVIII por Pasqual Mespletera, de Sant Mateu. La ermita se construyó en el s. XVIII, substituyendo una ermita anterior del s. XVI.
    Más información sobre el lugar, haciendo clic Aquí.

    La Virgen de l'Avellà recibe el título de Madre de Misericordia




     El párroco de Catí, D. José María, ofició una misa sencilla y pudimos comulgar.
    
    Terminada la misa, buscamos un rinconcito donde nos diera un poco el sol (curioso decir esto en pleno mes de agosto), y Adrián nos obsequió con un rico almuerzo. Nosotros traíamos bocadillos de casa, pero no dejamos pasar la oportunidad de probar los exquisitos tomates de la huerta de su padre. Una delicia.

    Después, cogimos los coches y bajamos hasta Catí. Marisol es la señora que se encarga de las llaves de la iglesia, y ya nos la tenía abierta cuando llegamos. También nos gustó mucho la iglesia parroquial. Es bastante sobria, como la de nuestro pueblo, dominando la piedra y la pintura blanca. Sorprende la bóveda tabicada con forma de cañón con lunetos y decorada con la técnica del esgrafiado. Esta decoración de esgrafiados permanecía oculta tras varias capas de pintura blanca y, en el año 2013, fue recuperada en su integridad, en los trabajos de restauración del edificio, realizado por La Luz de las Imágenes. 
    Destacan las bellas tallas religiosas. 
    La iglesia está dedicada a la Asunción de María, otra coincidencia con la nuestra.
    En el s. XVIII se realizó una de las reformas más importantes con la construcción de la capilla de la Comunión, hoy dedicada al Sagrado Corazón de Jesús y que alberga el Sagrario con el Santísimo. La capilla está decorada con frescos del mismo autor que los de la ermita de l'Avellà, Pasqual Mespletera, pintados entre 1744 y 1747, y representan una exaltación del Santísimo Sacramento de la Eucaristía.
    Justamente en esta capilla, rezamos una oración en reparación a Jesús Sacramentado por los recientes acontecimientos de París y por tantas irreverencias a su Sagrado Corazón.
    Acto seguido, rezamos el rosario entre todos. Un momento inolvidable.

    Eran las 12 cuando emprendimos la vuelta a casa. Eso sí, no quisimos perdernos la visita casi obligada a la ermita de Sant Pau de Albocácer. El Señor nos obsequió con la enorme gracia de encontrar abiertas todas las estancias del conjunto arquitectónico. Así que pudimos visitar el interior del templo. La ermita es un templo de reducidas dimensiones, de nave única, sin capillas laterales, con cubierta de bóveda de crucería, terminado a principios del siglo XVII. El coro alto está fechado en 1608. La joya de la capilla es el presbiterio, decorado entre 1687 y 1690 con pinturas de Vicente Guilló que representan escenas de la vida de san Pablo y alegorías de su gloria.


    Al lado de una antigua capilla, hoy inexistente, se construyó una hospedería, a finales del siglo XVI. El patio central porticado da acceso al prado, al templo, a la cocina, chimenea y antiguas cuadras. Por la escalera en piedra, de tradición gótico-catalana, se alcanzan las dependencias superiores con una sala de reuniones, decorada con pinturas murales del primer tercio del siglo XVII.


    En las salas del primer piso encontramos hoy exposiciones de fotografía, pintura y telares.

     Y llegó el momento de la despedida. Despedida, eso sí, hasta la próxima peregrinación, a la que nos vamos a apuntar sin duda.



sábado, 6 de julio de 2024

Peregrinación Mariana a la Virgen del Adyutorio (en construcción)

    Adrián es un compañero de Universidad de nuestra hija Raquel, y futuro sacerdote, por la gracia de Dios.

    Habíamos oído hablar mucho de él en casa y esta pasada Semana Santa, tuvimos el privilegio de conocerle. Compartió con nosotros la procesión del Lunes de Pascua, muy típica en nuestro pueblo, en la que vamos a la ermita del Adyutorio a felicitar a nuestra Madre por la Resurrección de su Hijo. Adrián nos obsequió cantando una saeta que nos emocionó.
    Comimos todos juntos en casa, y tuvimos ocasión de que nos contara su testimonio de conversión y su llamada al sacerdocio.

    Alrededor de un mes después, ya en Junio, tuvimos noticias de que preparaba una peregrinación mariana, celebrando la devoción de los 5 primeros sábados de mes para honrar el Inmaculado Corazón de María. Y el destino elegido era nuestra ermita del Adyutorio. En principio, la peregrinación estaba pensada para amigos y fieles de la parroquia Sto. Tomás de Villanueva de Castellón, pero nos llegó la invitación y la opción de unirse a cuantos quisieran. 




    Por circunstancias de último momento, llegaron un poco más tarde de lo previsto. Pero el plan del día se mantuvo sin problema.

    Salimos en procesión desde la iglesia de la Asunción, con volteo de campanas, cruz y guión. Parada en la hornacina de la virgen del Adyutorio y canto de la Salve. Parada frente a la ermita de San Miguel de la Sierra Engarcerán y rezo de un padrenuestro. Y rezo del Santo Rosario hasta llegar a la ermita. A la llegada, canto del Salve Regina.

    La ermita original, bajo la advocación de San Abdón y San Senén, "sants de la pedra", data de 1445, pero en 1498, la titularidad de la ermita pasó a ser de la Virgen del Adyutorio, imagen portuguesa, llegada a las costas de Torreblanca. El actual templo data de 1724, con posteriores remodelaciones y ampliaciones.


    

    




sábado, 2 de mayo de 2020

Cuarentena time

  Hoy es el primer día que nos dejan salir a dar un paseo, después de haber pasado confinados los últimos 50 días. Por supuesto, el peligro no ha pasado y tenemos que guardar distancia de seguridad de entre 1 y 2 metros con otras personas; y todavía no podemos desplazarnos libremente en coche por la provincia, ni viajar toda la familia junta aunque sea por el pueblo... Otras muchas precauciones que hay que guardar y que no están de más, la verdad, porque es cierto que estamos ante un enemigo invisible y nos tenemos que guardar de él muy mucho. Más si cabe si queremos proteger a los mayores de nuestra familia.
  Curiosamente no he tenido ganas de escribir en toda la cuarentena. Y ahora casi me arrepiento, porque he dejado pasar una ocasión perfecta para desarrollar mi creatividad. Pedir otra cuarentena no estaría bien, ¿no? No me iría mal, sabiendo todo lo que hoy sé del tema y todas las experiencias acumuladas.
  Durante estas semanas he salido un par de veces semanalmente para hacer la compra. También porque les llevaba compra a mis padres. Tenemos la suerte de tener un supermercado en el pueblo. Salvo los primeros días, en que parece que la población se volvió loca y acaparó de todo, no ha habido problemas de suministro. Alguna cosa puntual. Guantes de látex per ejemplo ahora siguen sin poderse comprar. Pero del resto encuentras de todo y a cualquier hora del día que vayas.
  El tema de las colas no las llevo demasiado bien. Pero me voy acostumbrando. No dejan estar a mucha gente junta dentro del súper (cosa normal), y van entrando de uno en uno a medida que van saliendo. Yo en mi caso con mascarilla (aunque hay gente que no la lleva y nos les parece importante). A todos les hacen ponerse guantes. Si los llevan de casa, te hacen limpiar las manos con gel hidroalcohólico que tienen a la entrada; si no los llevas, te hacen poner los que tienen para tocar la fruta y verdura. Los primeros días llevaba guantes de casa, de una cajita que pude conseguir al principio, pero esos guantes no aguantan muy bien el lavado y pensé que los agotaría pronto, si llevaba unos nuevos cada día que salía de casa. Así que los últimos días ya cogía los de plástico que te daban allí. Cogí bastante soltura con ellos, la verdad, con el sudor se adherían a las manos y era más fácil trastear con ellos. Pero se les acabaron también y esta semana pasada te hacían poner bolsitas de plástico en las manos en vez de guantes... Desastroso. Si ya es difícil hacer cosas normales con guantes, imagínate coger cosas de las estanterías con bolsitas en las manos. O abrir las bolsas de plástico que usas para poner la fruta o la verdura...Échale paciencia y tiempo. Leí algunos trucos para hacerlo más fácilmente, pero no me funcionaron mucho.
  Esta semana busqué por casa y encontré unos guantes de látex amarillos, de los de fregar, que no había estrenado. Estaban dentro de su bolsita sin abrir. Me quedan un poco grandes y dan un calor que te mueres, pero bueno, son míos y resisten bien la desinfección, así que los seguiré llevando mientras no encuentre de los finitos. Justo hoy he hecho la compra, y justamente hoy Marga me ha dicho un truco para abrir fácilmente las bolsas... la de tiempo que no hubiera perdido... pero bueno, se agradece el consejo, y seguro que me hará más fácil la compra a partir de ahora.
 

jueves, 29 de agosto de 2019

Una visita inesperada, ¡y genial!

  No sé bien cómo empezar a contaros estos 5 días de agosto... Me tendría que remontar a las vacaciones de hace 5 años; o tal vez más allá todavía, a 1980, o a 1498...
  Os confesaré que me da un poco de pereza. Pero, de otra manera, no vais a entender la trascendencia de esta visita.
  Nos remontamos a 1498. Según cuenta la historia, sobre estas fecha, reinando Manuel I en Portugal, naves portuguesas que luchaban en la Liga Santa o de Venecia contra la expansión francesa sobre Italia del rey Carlos VIII, llegaron a la costas de Torreblanca. Estaba el mar calmado, Guillermo, sacerdote de la expedición, sacó la imagen de la virgen que llevaban a bordo para venerarla y suplicarle que les trajera vientos favorables que impulsaran las naves. Tal como bajaban la imagen se levantaba el viento. Esto sucedió por 3 veces; ya que cada vez que la devolvían a la nave, se quedaba de nuevo el mar calmado.
  Debiendo las naves salir de aquella playa, resolvieron que Guillermo se llevara la imagen tierras adentro y la depositara en una ermita que encontrara en el camino.
  Fue así como la imagen de la Virgen llegó a la ermita llamada entonces de los Santos Mártires Abdón y Senén de Benlloch. Posteriormente se la conocería como ermita de la Virgen del Adyutorio.

  Bueno, tampoco ha sido tan grave. Ya tengo la primera parte contada.
  Prosigo.

  Sobre 1980, en tiempos de la Asociación Cultural Benifaixó de Benlloch, el cronista de la villa y catedrático D. Victor Bort Casanova junto a su amigo, co-fundador y posteriormente sucesor, José Miguel García Beltrán (mi suegro), realizaron las primeras pesquisas para tratar de averiguar el origen de la Virgen. Sabían que las naves portuguesas salieron en el S. XV desde Lisboa (Portugal). Sabían también de la existencia y la advocación de la Virgen de la Ajuda en Lisboa.
  Ese fue el inicio del gran proyecto que suponía el Hermanamiento de las 2 parroquias: la parroquia da Ajuda de Lisboa (Portugal) y la ermita de la Mare de Déu de l'Adjutori de Benlloch.
  Os hablo de 30 años recabando información, manteniendo una comunicación más o menos fluida con Portugal, luchando por un sueño... Pero el proyecto no se acaba de materializar.

  Ahí tenéis la segunda parte.
  Ya me voy acercando.

  En 2014, aprovechando nuestra semana de vacaciones familiares, viajamos a La Pesga en Cáceres. Nos acompañaban los abuelos. A parte de visitar y conocer la zona, decidimos hacer una escapada a Lisboa. No es que estuviera cerca, pero vimos que era la mejor ocasión para conocer y ver con nuestros propios ojos el origen de nuestra Virgen.
  Y allá que nos fuimos. viajábamos con Maps de Google y le pusimos como destino la Igreja da Boa Hora. Nossa Senhora da Ajuda. Llegamos al sitio marcado, aparcamos un tanto extasiados por dónde nos hallábamos, y quisimos preguntar a algún vecino para que nos confirmara si era el sitio que buscábamos y nos informara de si podíamos hablar con alguien o visitar el lugar... Era sobre medio día, en agosto, así que os podréis imaginar que no pasaba mucha gente. Vimos acercarse a un señor mayor, pero en el último momento tuve vergüenza de preguntarle por si no me sabía explicar o no me entendía por el idioma, y dejé que pasara de largo.
  Entonces ocurrió lo que mi suegra calificó de milagro de la Virgen.
  Se acercó hasta nosotros un chico, con cara de buena persona y le paramos para preguntarle.

jueves, 15 de agosto de 2019

Día en familia

  El tío Vicente llevaba tiempo intentando invitarnos a pasar el día en Linares de Mora.
  La tía Isabel, Rafael y él pasaron el mes de julio allí arriba. Y nos llamaron para ver si subíamos, pero fue complicado porque los jóvenes trabajaban todo el mes, y Juanjo también y el fin de semana, que todos estábamos libres, fue imposible cuadrar las agendas.
  Ayer, por fin, todos estábamos disponibles. Y los tíos dispuestos también a viajar con nosotros.
  Salimos tempranito. Pasadas las 8 de la mañana ya estaban los tíos en Benlloch.
  En el pueblo estamos en fiestas, y los jóvenes no se acostaron pronto la noche anterior. Sin embargo, todos madrugaron, con ilusión puesta en el día.
  Han arreglado la carretera de Mosqueruela, y tuvimos un buen viaje de ida.
  Llegamos a Linares y nos llevaron a almorzar al bar donde suele almorzar el tío cuando están allí de vacaciones.



  Como podéis ver, la juventud le pega bien.

  Después paseamos por las calles de Linares. Me encanta caminar por las calles de los pueblos, sobretodo cuando las paseas con gente del terreno, que te explica anécdotas, historias de antes, detalles que te pasan desapercibidos de otra manera.


  La tía Isabel llamó a las puertas de algunas vecinas y presumía de familia... Me encantó.

  Nos despedimos de Linares y nos acercamos hasta el área recreativa del Pino del Escobón. ¡Madre mía qué árbol más grande! ¡Y qué paraje más bonito!





    De camino a Allepuz, donde íbamos a comer, hicimos una pequeña parada en la plaza de Valdelinares.




jueves, 20 de junio de 2019

Bizcocho de naranja

Ya os he dicho en más de una ocasión que suelo dar mi toque a las recetas que encuentro por internet, para adaptarlas al gusto de mi familia. Normalmente, encuentran que les sobra azúcar o que un ingrediente les chirría y estaría mejor con otro...
Este postre es el resultado de una carambola culinaria. Se trata de un bizcocho de limón que le vi hacer a Anna Recetas Fáciles en su canal de Youtube. Y ella a su vez lo sacó del libro de Cocina con Carmen, Sabores de mi Andalucía. Anna Terés lo rellenó con una gruesa capa de nata y la pinta era exquisita. Y el de Carmen, solo bizcocho, también estaba espectacular. Pero yo, después de haber hecho el bizcocho siguiendo la receta original, tenía que darle una vuelta de tuerca para hacerlo perfecto. Ojo, ya digo, perfecto para mi casa.

INGREDIENTES

4 huevos L
250 g de harina normal
180 g de azúcar blanco
50 ml de aceite de girasol
50 ml de leche semi
50 ml zumo de naranja recién exprimido
ralladura de naranja
8 g de levadura química (tipo Royal)

PREPARACIÓN

Precalentar el horno a 160ºC.
Separar las yemas y las claras.
Montar las claras con un pellizco de sal, y a medio montar añadir la mitad del azúcar y seguir montando hasta obtener consistencia. Reservar.
Montar las yemas con el resto del azúcar. Cuando doblen el volumen, ir añadiendo el aceite, la leche, el zumo y la ralladura.
Tamizar la harina junto con la levadura sobre el bol de las yemas con un colador. Mezclar con espátula con cuidado.
Ir incorporando las claras montadas, poco a poco, y con movimientos envolventes.
Elegir el molde adecuado, en mi caso un molde rectangular, forrado con una lámina de papel de horno.
Verter la masa.
Hornear 45', en el segundo nivel, con calor arriba y abajo.
Sacar del horno y dejar que se enfríe desmoldado sobre una rejilla.
Derretir una pastilla de chocolate para postres (yo lo hago en el microondas) y verter por encima del bizcocho cuando se haya enfriado. Cuando el chocolate endurezca, ya se puede servir.
¡A disfrutarlo!












domingo, 11 de noviembre de 2018

Buen sábado

  Ayer pasamos un buen día en familia.
  Nos invitaron a la casita de montaña que se están construyendo mis cuñados en una zona próxima al límite con la provincia de Teruel. Ya está bastante adelantada, y permite el refugio entre sus paredes y la bondad de la chimenea encendida. Les va a quedar un lugar encantador.
  Salimos a las 10 de la mañana desde Benlloch e hicimos un par de paradas para aprovisionarnos para la comida.

  Aprovechando el sol y el buen día que hacía, salimos en tropel a recoger endrinas. Esa era la excusa del día para subir: prometimos que entre todos recogeríamos las endrinas para que mi cuñado pudiera hacer el pacharán este invierno. Y cogimos unas cuantas entre todos. Aquella zona es rica en este fruto, aunque hay que saber dónde buscarlo; como los revellones, no cualquiera vale.











  Después regresamos a la casita y alimentamos el fuego de la chimenea para poder asar.
  Improvisamos algunas sillas, porque nos olvidamos de coger las nuestras de camping tal como habíamos prometido. No sé si me explico: habíamos prometido traerlas, no olvidarlas. Pero al final organizamos una gran mesa, con sitio para los 11 que éramos. No faltó de nada: vermut para abrir boca, buena carne y embutidos a la brasa, ajoaceite, fruta para el que quisiera, café, coca de codony recién horneada y buen pacharán. ¡Qué más se puede pedir!





  La sobremesa fue un paseo al sol hacia la ermita de Torre los Giles. Me gustó la ruta bajo los chopos, y por la cañada.



  Y al regresar ya se notaba el fresco de la puesta de sol. Así que nos calentamos junto a la chimenea con un café que aún se mantenía caliente y un buen tute a la coca de codony.
  Algunos vecinos de mis cuñados se acercaron a saludar a la familia. Muy majos!
  Y acabamos el día recogiendo, dejándolo todo limpio y volviendo a casa.
  Un buen sábado sin lugar a dudas. Y para repetir, si no se han cansado ya de nosotros...😊

martes, 20 de marzo de 2018

Bodas de Oro

  Hace siglos que no publico.
  Me centro en las tareas de mi casa, en mis clases de repaso, en mis labores de ganchillo... Y no escribo. Aparte de las noticias en la prensa digital, apenas leo. Si me tuviera que poner una puntuación, seguro sería negativa.
  Pero estoy en un momento de cambio.
  Mis hijas son mayores y comienzan a hacer su vida. Cosa normal, con las edades que tienen. Aún puedo dar gracias por los años que he podido disfrutar de ellas, aquí, entre pies, como quien dice. Porque han sido niñas muy de casa. Pero han comenzado a volar.
  Así que es el momento ideal de empezar a pensar en mi. Y en J. siempre a mi lado.
  La primera decisión importante en mi nueva andadura la tomé en septiembre. Después de muchos años tiñendo mis canas, después de consultar en casa si todos iban a estar de acuerdo, decidí no dañar más mi pelo con productos químicos. Desde unos años atrás, el tinte lo hacíamos en casa, con lo cual, prácticamente no me suponía molestia, gasto ni pérdida de tiempo. Pero mi pelo estaba empezando a dar signos de hartazgo, y sufría caída de cabello y cuero cabelludo sensible.
  En cualquier caso, ya estaba bien.
  49 años, premenopáusica y convencida. El mejor momento para cambiar.
  Y es, sin duda alguna, la mejor decisión que he tomado en mucho tiempo.
  Cierto es que siempre he llevado el pelo largo y ahora, por exigencias del guión, he tenido que cortarlo bastante, para ir quitando años de tinte. No me veo demasiado bien con el pelo corto... Los de fuera de casa me dicen que estoy estupenda, con el pelo canoso y corto. Pero yo no me acabo de gustar. La idea es ir dejándolo crecer ya en breve. No hasta la melena larga que siempre he llevado, aunque sí hasta una melenita graciosa y cómoda. Tengo el pelo rizado y me lo domino mejor cuando tiene cierto largo y pesa más el cabello.

  ¡Uff, qué parrafada!
  Creí que tenía que comenzar por ahí antes de publicar el verdadero contenido de esta entrada.
  También de cara a los que me conocéis, porque iba a poner una foto, y si hace tiempo que no me habéis visto, el cambio en mi os podía resultar chocante.

  Me meto en harina...
  El domingo pasado, día 18 de marzo de 2018, celebramos las Bodas de Oro de mis padres. Se casaron en 1968, así que las matemáticas no fallan.
  Ellos se casaron en Villanueva de Alcolea, pues era el pueblo de mi madre. Los casó un tío de mi madre, sacerdote, mossen Ezequiel Saura Moner. Como mi padre era sastre y tenía su oficio en Benlloch, se hicieron una casa aquí y se vinieron a vivir recién casados.
  Otra de las nuevas decisiones que he tomado ha sido ponerme a régimen.
  No sé bien cómo llegué a donde estaba. Llegué. Simplemente. Los embarazos, el trabajo de madre a jornada completa, el estar siempre metida en casa... Se me fue de las manos. 24 años de casada y otros tantos kilos en este cuerpo serrano.
  Hasta que dije: "Hasta aquí llegamos".
  Y me puse en manos de un profesional. No es que haya cambiado mucho mi dieta o los alimentos que antes comíamos. Casi diría que comemos lo mismo, pero bien administrado, y con alguna restricción. No paso hambre. Y tengo mis horarios. En casa todos comemos lo mismo; no tengo que guisar a parte para mi. Si considero que la ración se queda escasa para los demás, les completo con alguna cosita. Es verdad que, hacer régimen así es muy cómodo y nada sacrificado.
  Resultados a día de hoy. He perdido ya 12 kilos en 6 meses.