martes, 14 de agosto de 2012

VIAJE A ALBARRACÍN. Del 6 al 12 de Agosto de 2012.


  Algunos ya sabéis que, en verano, solemos ir de vacaciones a cuenta de la Universidad. Bueno, no es exactamente así. Lo que pasa es que viajamos con el Programa de Intercambios de la UJI con otras Universidades y nos alojamos en residencias de estudiantes de otras partes de España. Gracias a este Programa hemos visitado ciudades de media España, casi siempre la parte del Norte, que es la que nos encanta.
  Pero, debido a la crisis, ¡dichosa crisis!, este año se ha suspendido el Programa de Vacaciones.
  Así que buscamos destino por nuestra cuenta.
  Tras mucho mirar en Internet, buscar, comparar... nos decidimos por Albarracín.
  J y yo ya habíamos estado en alguna ocasión y lo conocíamos, pero las chicas no habían estado nunca.
  He de decir que, como no sabían a dónde íbamos, les preocupaba que fuera un pueblo seco, de estos de la meseta castellana, de llanuras inmensas, calor y polvo.

Lunes, 6 de Agosto de 2012.

  Salimos temprano, como siempre.
  Sabíamos que no tardaríamos más de 3 horas en llegar, parando a almorzar y todo.
  Pero tampoco teníamos hora de entrada en el apartamento rural que elegimos, así que no vimos problema en llegar pronto. Casi mejor, aprovecharíamos más el tiempo.
  Hicimos una buena parada en Teruel, en el centro, para que las chicas vieran el Torico. Y cogimos algunos folletos en la Oficina de Turismo.
  El iPad llevaba la ruta marcada para llegar al apartamento sin problema. Pero algunas calles están restringidas al tráfico, y dejamos el coche en un aparcamiento vigilado, cerquita de donde nos íbamos a alojar.
  La dueña de apartamento esperaba nuestra llegada, y no nos costó encontrar la calle del Carmen.
Era una señora muy agradable y educada, que nos enseñó todo y nos deseó una feliz estancia.
  Mientras J acercaba el coche para poder descargarlo, las chicas y yo nos fuimos a comprar pan muy cerquita de casa.
  Comimos en el apartamento.
  Por la tarde salimos a comprar algunas cosas para llenar la despensa, e hicimos una pequeña escapada hasta Torres de Albarracín y pasamos un rato en el mirador de la Veguilla, una zona recreativa próxima al pueblo. Y comimos algunas galletas, a modo de merienda, en una chopera junto al río Guadalaviar, ya de regreso a Albarracín.


  Ya por la noche, cenamos en casa, y salimos a pasear un ratito por las calles de Albarracín.
  Todas las callecitas tienen su encanto. Lo tienen por el día, cuando descubres cada rincón, cada escalón, o cada cuesta... pero lo tiene sobretodo durante la noche, con los faroles de alumbrado encendidos, y todo el misterio de la ciudad medieval.
  La Plaza Mayor es un lugar especial. Está llena de vida. Pensad que el día de la foto era lunes, y que no era nada comparado con el ambiente festivo del sábado noche.



  A las chicas les encantó, tanto que comenzaron a hacer planes de comprar una casa por allí, contando con un premio de lotería que tarde o temprano tiene que tocar.
  
Martes, 7 de Agosto de 2012.

  A las 8 sonó el despertador. Había que madrugar si queríamos ver cosas y disfrutar las vacaciones.
  El plan era el Nacimiento del Río Cuervo.
  Nosotros estuvimos ya hace unos 20 años. Y queríamos mostrárselo a las chicas.
  Nuestra primera parada fue cerca de Frías de Albarracín. A la derecha, un camino nos desviaba de la carretera principal para llevarnos hasta la Sima de Frías. Punto turístico importante de la zona.
  Se trata de un hundimiento del terreno, de unos 80 metros de diámetro y 60 de profundidad. Y se pueden apreciar en él los diferentes estratos que componen el terreno.


  Tras rodearlo, siguiendo la valla de madera que le da la vuelta, nos dedicamos a buscar algunos fósiles, que se encuentran por doquier. 

  Muy cerquita, a unos 10 km desde Frías, encontramos el nacimiento del Tajo. Realmente no se trata del original nacimiento del Tajo si no de un monumento erigido al nacimiento del Tajo.
  Realmente, el Tajo nace en Los Malenes, a 1825 metros de altitud dentro del término municipal de Villar del Cobo, en cuya ladera nace un arroyuelo que es el auténtico nacimiento.
  El monumento es una personificación del Tajo, junto con un toro, un cáliz y un caballero, tres elementos que simbolizan a la vez las provincias de Teruel, Cuenca y Guadalajara.


  Entramos en la provincia de Cuenca.
  El dilema estaba entre elegir la derecha hacia el nacimiento del Cuervo, o la izquierda hacia la Ciudad Encantada. Sopesando la hora que era y la distancia que había entre ambos puntos, optamos por escoger la Ciudad Encantada.
  Y fue sin duda una elección acertada.
  Y otro prejuicio tirado por los suelos.
  Siempre me habían dicho que se pasaba tanto calor allí, que era un terrero seco y despoblado... Bueno, no es que sea un vergel, pero recorrerlo en verano, en Agosto, y en las horas centrales del día, tal como lo hicimos nosotros, no me pareció una "misión imposible".



  Me gustó hacer todo el trayecto marcado, buscando el mejor ángulo para ver en las enormes rocas el parecido por el que alguien les puso nombre... Y tenían su punto, os lo aseguro.



  Además, existen muchos pasillos y zonas frescas, por las que se cuela el aire y te refresca.
  Hecho el recorrido, y ya con hambre, paramos en el Embalse de la Toba. Encontramos un lugar lo suficientemente lejos de la carretera y cerca del agua, como deseábamos. Montamos nuestra mesa de pic-nic a la sombra de unos chopos altísimos, y sacamos nuestro set de supervivencia, tomates, conservas, embutidos, pan del día...


  Y tuvimos tiempo de comer, de sobremesa, de baño...




  Nuestra marcha continuó sobre las 6 de la tarde hacia Tragacete, y el nacimiento del río Cuervo.
La subida hacia el nacimiento continuaba tal como la recordábamos, aunque más seco que hace 20 años. Entonces también era verano y sin embargo todo estaba muy verde y muy húmedo.  Ahora ni siquiera se accede al mismo nacimiento, cuando antes incluso llegamos a beber en él.

Final del trayecto.



  Exprimimos el día.
  Cansados, pero felices, regresamos a casa. Cenamos y a dormir.

Miércoles, 8 de Agosto de 2012.

Plan del día: Monasterio de Piedra.
Madrugamos, como todos los días. Aparte, ese día teníamos un par de horas o más de coche.
La ruta: desde Albarracín, hasta Orihuela del Tremedal, Molina de Aragón y, desde allí, carretera de Calatayud hasta Nuévalos. El firme, bastante bueno, salvo unas decenas de kilómetros al final de nuestro trayecto. Y las vistas, maravillosas. No sólo por las vastas extensiones de pinares en la zona de Orihuela, también por las llanuras de Molina de Aragón... Paisajes muy diferentes unos de otros.
  A destacar el recién extinguido incendio de Chequilla, con hectáreas de pinares calcinadas. Una gran pérdida, seguramente debido (una vez más) a una imprudencia.

  Paramos a almorzar en Molina de Aragón. Llevábamos un par de horas de camino y pensamos en almorzar algo para no ir con agobios más tarde, una vez llegados al Monasterio de Piedra.
  No tuvimos mucha suerte con el sector hostelero de la zona. En el primer bar nos limpiaron la mesa, pero nunca llegaron a atendernos. Así que salimos. En el 2º nos ofrecieron poca variedad, churros con azúcar y bocadillos de tortilla. Ante tal despliegue, decidimos marcharnos también, ante la sorprendida mirada de la camarera (extranjera, por supuesto). En el tercer lugar, fuimos bien atendidos, aunque a J le sacaron un bocata de jamón, imposible de comer por los tacos de jamón que le pusieron... El perrito que se acercó a nuestra mesa tuvo mejor suerte, él no puso pegas al jamón...

  El Monasterio era una fortaleza de defensa de los musulmanes, en tiempos de la Reconquista.


  Se trata de un Espacio Protegido, escondido entre las abruptas sierras del Sistema Ibérico, situado en el término municipal de Nuévalos, en la provincia de Zaragoza. El río Piedra forma, al pasar por las inmediaciones del monasterio, un paraje de gran belleza paisajística. El Parque Natural nos ofrece un recorrido de unos 5 kilómetros, a través de senderos debidamente señalizados, que completamos en unos 2 horas y media, en torno al agua y su movimiento en cascadas y grutas.



  Parte del recorrido lo hicimos al revés. Cuando nos dimos cuenta, ya llevábamos un buen trecho y no quisimos volver atrás. Además, como era mediodía, no había apenas gente y nadie nos dijo o nos indicó que íbamos contra corriente. En cualquier caso, lo recorrimos a nuestro aire, y nos encantó.
  Después nos acercamos hasta el Monasterio y visitamos el museo del chocolate, el museo del vino y las diferentes salas que componían el monasterio. Llevábamos bastante información impresa y no nos hizo falta un guía para entender todo.



  Con el almuerzo nos habíamos saltado la comida y ahora necesitábamos reponer fuerzas con una merienda. Nos dirigimos hasta el embalse de la Tranquera en Nuévalos. Hace años, de solteros, acampamos allí con nuestras familias. Entonces había mucha más agua, y los pinos llegaban hasta la misma orilla del embalse. Nos defraudó un poco, porque se notaba la sequía de los últimos años, y no había ni un pedacito de sombra cerca del agua. Así que dejamos que Laura se diera su baño correspondiente y salimos de nuevo en busca de un lugar mejor para dar un bocado. Lo encontramos cerquita de Nuévalos, en un merendero junto a una fuente de 5 caños con un agua fresquísima y buena.
  Repusimos fuerzas y llenamos todos los recipientes que llevábamos para el agua.
  Y salimos de regreso a casa. Por el mismo trayecto que a la ida, porque era el más adecuado.


  Jueves, 9 de Agosto de 2012.

  Salimos temprano a conocer una parte de Albarracín por la que no habíamos estado.
  Dirección Bezas, por el Arrabal.
  Ramiro, un conserje de la UJI es de Bezas. Y  ha colaborado con él en la construcción de la página web de ese pueblo, así que conocía un poco algunos lugares por los que estuvimos.
  En la carretera, vimos un “museo” de máquinas de asedio. En realidad se trata de un recinto abierto lleno de armas, catapultas y otras cosas por el estilo. Por un minuto, pensamos en parar para echarle un vistazo, pero no vimos muchos interés por parte de las chicas, así que seguimos la marcha.
Por las mañanas. antes de salir de ruta, solemos comprar pan en una panadería muy cerquita de casa. Así tenemos ya avío para comer en cualquier momento. Llevamos siempre una nevera con embutidos y algunas conservas. Pero esa mañana nos urgía comprar un par de cosas, y no penséis que es fácil encontrar una simple tienda donde aprovisionarse uno.
  La carretera discurre a través de los bosques de rodeno. Pinares extensos con impresionantes rocas de rodeno, que es el material por excelencia de construcción en la zona de Albarracín.
  Llegamos a Bezas. Dimos una vuelta conociendo el pueblecito. Y preguntamos por una tienda, pero nos dijeron que sólo se podía comprar pan. Y de eso ya llevábamos.
  En el mapa nos orientamos para llegar a La Laguna de Bezas. Esta se encuentra entre pinares, a través de una pista no asfaltada, pero por la que se puede circular con un vehículo. La Laguna es un espacio protegido, lugar de aves y otros animales. Debido a la época del año en la que estamos y, seguramente, efecto de la sequía, esta contenía muy poca agua.





Continuamos por la pista hasta que encontramos un indicador que nos dirigía a la Peña de la Cruz. 
Subimos con el coche por una pista un poco más irregular, aunque transitable, unos 5 kilómetros. Y aparcamos al pie de la Peña, un parking con espacio para unos 8 vehículos. Desde allí, se sube andando hasta el mismo pico, una impresionante peña de rodeno a 1538 metros de altitud. Las vistas son espectaculares, divisándose numerosos pueblos en un día despejado. 




En nuestras búsqueda de una tienda, continuamos hacia Terriente. Y preguntamos, pero la respuesta volvió a ser la misma. Sólo podíamos comprar pan... Pero nos informaron de que, en Royuela, había un supermercado. Así que continuamos. La casualidad quiso que nuestra ruta fuera ese día circular. Porque el calor era exagerado y no encontramos ningún lugar fresco, agradable y con agua para parar a comer. Y, tras un intento fallido, acabamos comiendo en casa.
  Supimos por las noticias que atravesábamos una ola de calor africano.
  Eso explica que no saliéramos de casa hasta bien pasadas las 7.
  Hicimos algo de turismo por el pueblo de Albarracín, visitando rincones, y la catedral (por fuera porque la están rehabilitando), y el castillo... compramos algunos souvenirs... y fuimos buscando un sitio donde cenar aquella noche.
  Nos decidimos por el restaurante El Buen Yantar, porque el menú para la cena que ofrecían nos interesó. Elegimos una selección de tapas frías y calientes con muy buena pinta.

Carita de estar disfrutando...
  Y concretamos por teléfono con los abuelos y los abuelitos su venida a Albarracín, para pasar con nosotros el fin de semana.
  Otro día completito.

Viernes, 10 de Agosto de 2012.

   Reorganizamos nuestros planes a fin de poder adaptarnos a la venida de los abuelos, y lo que habíamos previsto para el sábado, lo cambiamos al viernes.
  Por la mañana ya me quedé en casa, preparando la comida y recogiendo y ordenando un poco. Y J y las chicas salieron a dar una vuelta por Albarracín. Bajaron hasta el río, fueron a la oficina de Turismo y  pasearon un poco.
  Comimos y, sobre las 5, nos fuimos a Teruel, al Cine Maravillas, a ver la película Brave, que estrenaban esa misma tarde. Nos encontramos con una única sala, como los cines de antes en CS. Con toda la decoración y el encanto de los cines de antaño. Muy poquita gente, para ser un estreno, y todo muy familiar.

  Poca cosa más. Salimos de ver la peli, que nos gustó, en 3D, y volvimos a casa.
  Cena y a dormir. Al día siguiente queríamos madrugar, para esperar a los abuelos.

Sábado, 11 de Agosto de 2012.

  El despertador sonó a las 7.
  Apenas pude dormir aquella noche. Soñé mucho. Tenía calor. Malestar en las piernas. Nervios por el viaje de los que venían en camino...
  Pensábamos que iban a llegar pronto.
  J y las chicas fueron a la panadería, a comprar cosas para que desayunáramos juntos en cuanto llegaran. Pero llegaron a las 9 y pico. Y cargados con cocas y pan quemados. R y L bajaron al parking a recibirles.