sábado, 10 de noviembre de 2012

Milagro

  Raquel está en Grybów (Polonia).
  Viajan con ella otros 11 compañeros de Instituto y 3 profesores, con el proyecto Comenius.
  En uno de mis muchos cotilleos por la red, intentando hacerme una idea de los sitios que está visitando, entré en la página web del instituto que les ejerce de anfitrión. Y, aunque el traductor de Google no es ninguna maravilla, me hace entender un poco de polaco (idioma raro donde los haya).
  El lugar en cuestión es Gimnsazjum im Ks StanistawaKonarskiego w Grybowiw- Grybów.
  Lo que me ha sorprendido, gratamente, he de decirlo, es el siguiente post que he visto en su web:

  ¡Ni Halloweenes ni puñetas!
  ¡Un acto religioso, el día de Todos los Santos, en memoria a los difuntos, como parte de un programa escolar!
  Esto, en España, es algo impensable. España, que ha sido uno de los puntales del cristianismo, un país religioso, católico, está volviéndose cada vez más laico. Y al decir laico, estoy siendo muy benévola. ¡ Que España se nos vuelve atea, señores! Aquí está mal visto ser católico; el simple hecho de asistir a misa los domingos parece motivo de vergüenza; uno esconde su confesión para no ser objeto de burla. Con el tema de que nadie se sienta marginado por sus creencias, se les está dando privilegios a otras religiones y se está marginando a la nuestra. Se quitan crucifijos de las escuelas; desaparecen del calendario escolar fiestas, con matiz religioso,  o se cambian por otras más aconfesionales. No sea caso que alguien se moleste...
  Raquel nos cuenta que, sus compañeros polacos, son extremadamente religiosos; que respetan sus días sagrados con auténtica convicción; que los domingos, en sus iglesias, pueden reunirse unas 600 personas... ¡Igualito que aquí! No diré que con los dedos de una mano, pero en nuestra iglesia no es difícil hacer un recuento. Y os diré que mis hijas y yo somos las más jóvenes...
  Me alegra que Raquel compruebe que no todos los países son como el nuestro, ni todos los jóvenes como los nuestros.
  

  Ya está. Esta entrada tiene un título que no se corresponde demasiado con lo que os he contado hasta ahora. Realmente, la anécdota-milagro, es lo que os voy a contar a continuación.

  El jueves, 8 de Noviembre, sobre las 4 de la tarde, llamó Raquel desde Polonia.
  Sonaba llorosa, profundamente triste.
  "Mamá, no me riñas... he perdido el DNI".
  Subidón de adrenalina.
  Ester, una de las profesoras que los acompañan, me puso al tanto del tema.
  Raquel había perdido el DNI, no aparecía por ningún sitio. Habían llamado a los últimos aeropuertos donde habían estado, por si alguien lo había encontrado, o por si se había extraviado en sus instalaciones. Nada. Llamaron a la compañía que les había de traer el lunes de regreso a España, y estos les dijeron que, sin el original, Raquel no podía volar. La profesora llevaba una copia del DNI, y otros documentos que justificaban que Raquel participaba en un programa entre institutos; además, existe un documento, firmado por la Guardia Civil española, autorizando la salida al extranjero. Pero todo esto no valía de nada sin el original del DNI. La única solución era obtener un salvoconducto, expedido por la embajada española en Polonia. Y esta se encuentra en Varsovia, a 8 horas de Grybów, donde ellos están hospedados.
  La cosa pintaba mal.
  Aún así, y ya que era la única solución, uno de los profesores y Raquel, viajarían al día siguiente hasta allí para solicitar el salvoconducto.
  Os podéis imaginar la sensación desde aquí, sin poder hacer nada. Por no saber, no sabíamos ni tan siquiera, si la embajada podría hacer el trámite el mismo día o si Raquel tendría que quedarse allí hasta obtener el certificado, o si tendríamos que viajar nosotros para traerla de regreso... La sensación de impotencia era patente.
  Y en esas estábamos, esperando cualquier noticia que nos diera esperanzas.
  Pero la vida continuaba aquí.
  Esa noche, a las 8, comenzaba una Novena a la Virgen del Adyutorio (Ayuda), nuestra Patrona. En los últimos meses han restaurado su ermitorio y la Imagen ha permanecido en la iglesia, pero las obras han finalizado y la Virgen vuelve a su casa. Por eso se ha comenzado una Novena en acción de gracias, que finalizará el día de su regreso a la Ermita, el 17 de Noviembre.
  Una Novena, como su nombre indica, consta de 9 días, y cada día, está dedicado al nombre de una mujer, como alabanza a sus excelencias: A Raquel en la hermosura, a Débora en el valor, a Abigail en la prudencia, a Rebeca en la provisión de las aguas, a Ruth en el cuidado de las cosechas, a Esther en la conservación de nuestra vida, a Respha en la asistencia de nuestra muerte,
a Rahap en la liberación de los incendios, y a la reina Sabá en la introducción a la gloria.
  Como primer día, lo habéis leído, la Novena se la dedicamos a Raquel. Y, estando dedicada a ella y, teniendo en cuenta las dificultades en las que se encontraba nuestra Raquel, era de esperar que todos la tuviéramos en nuestro pensamiento y en nuestros ruegos. Pedimos por ella, aún sin saber algunos que necesitaba de nuestros rezos, simplemente por estar de viaje, lejos de casa...
  Quiero pensar que la Virgen tuvo más mano que nosotros en la resolución del problema.
  Sobre las 10 de la noche, mientras cenábamos, sonó el teléfono. Y en vez de la voz pesarosa que había escuchado por la tarde, escuché a una Raquel eufórica, que había encontrado su DNI, colado entre la cama y la pared de su habitación...
  ¿Siempre estuvo allí?
  Buena pregunta.
  Por si acaso, ya le he dado las gracias a la Virgen por su ayuda.