domingo, 23 de diciembre de 2012

martes, 4 de diciembre de 2012

Retablillo de Navidad


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RETABLILLO DE NAVIDAD

De su esposo en compañía,
soñolienta y fatigada,
por ver si les dan posada 
toca en las puertas María.
Él le dice: -Esposa mía,
ten calma, vamos a ver...
Nos abrirán al saber
que te encuentras en estado
y un lecho busca prestado
tu Niño para nacer.

Pues tiembla la Virgen bella,

él se quita en el camino
su paltocito de lino
para ofrecérselo a ella.
-Vaya mi linda doncella
con este manto abrigada-
dice con gracia forzada
mientras siente las diabluras
que hace el frío en las roturas
de su franela rayada.

De portón van en portón

suplicando humildemente
y en todos les da la gente
la misma contestación:
"Esta casa no es pensión",
o "¿Cuánto van a pagar?..."
Y en uno que otro lugar
hay quien al ver a María
dice alguna picardía
para hacerla sonrojar.

¡Qué pobrecitos que son!

¡Qué pena tan sin alivio!
Todos tienen lecho tibio,
¡nadie tiene corazón!
De cansancio y aflicción
la Virgen se echa a llorar
y torna triste a mirar
que en la noche, alta y desierta,
la luna es como una puerta
que se abre de par en par.

A la casa de un pastor

van por fin José y María;
sólo piden hostería
para que nazca el Señor.
Pero hay allí tanto amor
por los buenos peregrinos,
que la pastora sus linos
abandona en el telar
y al punto les va a buscar
cuajadas, panes y vino.

Ya la Virgen tiende el manto

sobre la hierba olorosa;
ya como delgada rosa
se dobla su cuerpo santo;
ya a través de un claro llanto
los ojos del buey la ven;
llora el burrito también.
Y la historia nos relata
que una estrella de hojalata
brilló esa noche en Belén.

                Poema de Aquiles Nazoa, en la voz de Iván Perez Rossi
                y recopilación de Joaquín Díaz.