Catí

  Este sábado por la tarde, acompañamos a Javi e Isabel, que querían mirar un sofá en Catí.

  Creo que siempre acabamos comprando en el mismo sitio. Por calidad y por precio. Nosotros, empezamos comprando en Muebles Capsir nuestros muebles de las habitaciones, cuando nos casamos, y hemos seguido fieles con los años. 

  Catí, por su entorno, por el paisaje, es un pueblo que nos atrae especialmente.

  En 2006, elegimos el Restaurante El Prigó, para hacer el banquete de la Comunión de Raquel y Laura.

  Siempre aprovechamos nuestras visitas para comprar un buen queso de Catí y las ricas mantecadas en la Panadería del pueblo.

  Y este año nos encontramos con La Mostra de la Trufa.

  Dejamos los coches a la entrada del pueblo y lo cruzamos hasta el otro extremo, buscando dicha Mostra. No sé si todos los años la celebran en el interior del Polideportivo, o ha sido cosa de este año, por si amenazaba lluvia. No sé. Catí tiene encanto más que suficiente para montar las paradas de la Mostra en las calles del pueblo... Estoy segura de que sería mucho más atractivo. De todas formas, ya digo que no sé si la ubicación habitual de la Mostra de la Trufa es la que encontramos el sábado, o no.

Dimos una vuelta alrededor del recinto. Y no resaltamos mucho, porque de trufas también entendemos poco. Eso sí, salimos de allí con un queso.

  Junto al Polideportivo está el campo de Fútbol y, cuando llegamos, se estaba jugando un partido. Por cierto, que se estaba machacando al pobre arbitro... Nada más que comentar. El fútbol no es lo nuestro.

  De vuelta hacia los coches, hicimos una primera parada para que Raquel, Laura y Marco se compraran unas chuches. Después paramos en un bar para tomarnos unos cafetitos. Estaba anocheciendo y refrescaba, así que agradecimos tomar algo caliente. Y, al salir, paramos en la panadería para que los críos compraran unas napolitanas de chocolate para merendar, y unas ricas mantecadas para llevar.

  Vuelta al coche y regreso a casa.

  Fue un sábado diferente. Sé que Raquel y Laura agradecen que de vez en cuando las saquemos de la rutina de sus fines de semana.