domingo, 14 de noviembre de 2010

Panecillos tiernos

  Venga, vamos a aprender otra receta de cocina.
  Esta receta es la que hace mi hermana Marian para hacer los panecillos que les gustan a Laia y a Neus. Se trata de un pan blandito, fácil de comer, e ideal para almuerzos y meriendas de los niños. Ella, a su vez, lo sacó de La Cocina de Mo.
  Panecillos tiernos.
  Ingredientes:
  330 ml. de leche, 1 cucharada de aceite, 1 huevo, 550 gr. de harina de fuerza, 10 gr. de sal, 1 cucharadita de miel (opcional), 1 sobre de levadura o 30 gr. de levadura fresca.
  Preparación:
  Templar la leche. Una vez templada, disolver en ella la levadura. La casa Maizena o Vahine comercializan Levadura de panadero en polvo. Poner 1 sobre ó 2, depende de la cantidad que lleve cada sobre. Yo utilizo pastillas de levadura fresca, de la marca Levital; cada pastilla contiene 25 gr. de levadura fresca y esta cantidad es suficiente para 500 gr. de harina.
  Ahora hay que añadir unas cucharadas de harina al recipiente que contiene la leche y la levadura. Se trata de hacer un poco de masa madre. Removeremos bien para disolver la harina y taparemos con un paño. Tenemos que dejarlo reposar, en un lugar cálido, unos 15 minutos, hasta que espume.
  Ahora iremos añadiendo el resto de los ingredientes.
  Esta vez no le he puesto la miel. Puede parecer que esta le da un toque dulzón a la masa, pero no es así. Se le suele poner la miel, porque los panecillos se mantienen por más tiempo tiernos; pero yo tenía que congelarlos...
  La harina hay que incorporarla poco a poco, mezclando con las manos, hasta que toda esté bien mezclada. Iremos formando una bola y la volcaremos sobre el mármol. Con los 550 gr. de harina se me queda la pasta demasiado pegasosa, así es que siempre le echo un poco más, a puñaditos, mientras amaso sobre el mármol. Ha de quedar una bola elástica, blanda y brillante. Cuando la tengo, me pringo las manos en un poco de aceite y las paso por la bola de masa. La pongo en un recipiente y la dejo que repose en un sitio cálido, tapada con un paño, por espacio de 1 hora, o hasta que doble su volumen.
  Pasado ese tiempo, amaso un par de minutos más, y voy cortando, dividiendo la masa en porciones, dando forma a los panecillos, y colocándolos sobre la fuente de horno. Sobre la bandeja suelo poner una hoja de papel para horno, por comodidad y limpieza.
  Ahora hay que dejar reposar de nuevo, esta vez para que los panecillos doblen su volumen.
  Así que no tenemos que ponerlos muy pegados sobre la fuente de horno, porque al aumentar, pueden quedarse pegados entre ellos.
  Y al horno. Entre 15 y 20 minutos a 170-180 ºC.
  Pasado ese tiempo, los sacaremos del horno y los dispondremos sobre una rejilla y los taparemos con un paño hasta que se enfríen.

Este es el resultado de los panecillos tiernos
  Una vez fríos, los podemos combinar con lo que queramos: dulce o salado.
  Y podemos hacerlos más grandes o pequeños como pulguitas. Eso depende del gusto de cada cual, y del uso que se les quiera dar.

  Os diría que os animarais a hacerlos, pero ya comprendo que es mucho más rápido y cómodo ir a la panadería y comprarlos.  Aunque no me negaréis que tiene cierto encanto ser autosuficiente, en según qué cosas, cuando el resultado es tan espectacular y tan bueno. Y si no, preguntadles a Raquel y Laura...

  Yo los congelo en bolsitas, de dos en dos, incluso ya abiertos; y voy sacando para que se lo lleven como almuerzo para ir al instituto. Al estar abiertos por la mitad, descongelan enseguida. Y los relleno con lo que les apetezca. Es como si tuvieran pan recién hecho todos los días.


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