viernes, 8 de abril de 2011

A la Fira de la Magdalena!

  Un año más, Raquel, Laura y Marco estuvieron en Castellón, en casa de los abuelitos, pasando los 2 fines de semana que incluye las Fiestas de la Magdalena.
  ¡Y ya son años!
  Comenzaron a ir de chiquitines, y se ha convertido en una tradición.
  ¡Les encanta!
  Ellos están felices, y seguro que a los abuelos también les ilusiona tenerlos por allí unos días.

  Aparte de ellos 3, que hacen vida día y noche allí, el resto de la tropa también pululamos casi a todas horas por la casa.
  La tía Conchi llega de mañanita con su delantal y dispuesta a echar una mano en lo que se necesite. A los niños les da la impresión de que tienen 2 abuelas en la misma casa... Todo va como una seda, a pesar del jaleo que supone tanta gente entre piernas.
  Rocío, Diana y María son las más pequeñas. Y también ellas encuentran su huequito para jugar.
  El resto nos vamos a nuestras respectivas casas a dormir.
  Juanjo y yo intentamos combinar las fiestas con el descanso, y algún día nos quedamos en Benlloch, dejándoles un poco más tranquilos.

  Este año 2011, la Magdalena comenzó, oficialmente, el sábado 26 a las 12 de la mañana, con la tradicional Mascletà.
  Juanjo, Raquel, Laura y yo llegamos a Castellón cerca de mediodía, cargados con maletas, mochilas y los trajes del baile que tenían que ponerse por la tarde para participar en el Pregón.
  Este año me gustó particularmente su actuación porque bailaron juntas, y se las veía contentas y animadas.


   A ratos, portaban el cartel anunciador del pueblo al que representaban.



  El domingo 27 tocaba romería.
  La prensa dijo que se habían batido records de asistencia a los actos de esta Magdalena. Es curioso. Cualquiera diría que con la crisis la gente se queda en casa...
  Lo que sí es cierto, y que fue comentado por todos, es que en la romería iban pisándose los talones de unos a otros. Dicen que hacía años que no se veían tantas aglomeraciones.


  La anécdota del día es que, al llegar a casa, se acostaron todos, cada uno en su sitio y durmieron una buena siesta. Y que, lo que debería de haber sido una merienda, se convirtió en una comida por turnos, a medida que iban despertando.
  Con el merecido descanso y el llenado de estómago posterior, había fuerzas suficientes para el Desfile de Gaiatas. Aunque sólo un rato, porque con el tiempo, te das cuenta de que siempre es lo mismo, y bastante aburrido por cierto.
  No así el lunes día 28, que fue bastante movidito.
  Eva vistió con sus trajes de castellonera a Rocío y a Diana, para participar en el Pregón Infantil. Su peña de amigos tienen un carromato, muy típico de la Magdalena, y desfilaron en él.



  Y mientras tanto, María debía de estar pasando su propio ratito de nervios, preparándose para bailar en el Pregón. Era su debut en Castellón, y en el grupo. Y lo hizo muy bien, muy puesta y muy concentrada.


  Y después tuvimos comida familiar.
  Y por la tarde ¡FERIA!


  Se hacen mayores y la mayoría de las atracciones les parecen infantiles. Se empiezan a decantar por las atracciones un poquito suicidas, aunque todavía controlados.


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